martes, 6 de septiembre de 2011

IV


y los idilios resplandecen como velas encendidas
alumbrando esta casa vacía y deshabitada
la oscuridad se vuelve un sitio donde poder dormir
y esas frías noches, ya no son tan heladas..

pero poco permanecen encendidas,
se derriten al abrir los ojos,
la oscuridad envuelve el ambiente
pero ya no invita al sueño
donde pasan y pasan
pero nadie se atreve a quedarse.
Y con un leve soplido
que hace la puerta de salida,
la vela que alumbraba la casa vacía
tarda poco otra vez
en apagarse.

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