domingo, 19 de diciembre de 2010

Carta

Querido papanoel y reyes magos:

Sé que nunca me trajeron el camión de bomberos
que les pedí de pequeño, ni la bicicleta nueva
para irme andar muy lejos con mi vecino.
Sé también que nunca pudieron conseguir
la firma de kurd Cobain en mi disco, ni tocar como ellos en la tele,
para que almenos se sientan orgullosos de mi.
A cambio de lo que les pedía, me traían un jersey de lana
o materiales insignificantes que al siguiente día
ya los tenia tirados en algún rincón.
Y a medida que fui creciendo los regalos que nunca pedía
fueron también disminuyendo.
Se acuerdan que les pedí también nuevo vecino mientras
esperaba en los aeropuertos, para no echar tanto en falta al otro.
Y con el que poder algún día ir muy lejos andar bicicleta.
Sé que al menos en esto lo intentaban.. pero yo aún sigo esperando.
Y que decir de romances y esas cosas emocionales
que a todo el mundo les gusta sentir, o ansia por tenerlo.
Sin embargo a mí me traían poemas, historias y versos
mojados que ya no sé que hacer con ellos, ni con mi hígado
empapado.

Pero he aprendido a vivir sin ello, a vivir sin ninguna de las cosas
que soñaba tenerlas y las había pedido. Y sin guardar rencores.
Tal vez no las he merecido o puede que ustedes ni existan
y haya perdido mi tiempo en vano
Pero a quién encomiendan sus deseos, sus sueños todos ellos?
Creo que a pesar mi fe no se ha vaciado del todo.

Para acabar y si algún día se acuerdan de mi, quisiera pedirles
un ultimo deseo:
Volar, tener alas, acariciar las nubes sin moverme del suelo, ser libre, ir a donde yo quiera sin importar con quien ni donde, estar en paz y transmitirla.
Quizás sea mucho pedir
aunque también me conformaría
con mi camioncito de bomberos,
ya que me
recordarían mi infancia inocente
en la que creía
que alguién
algún día
me traerían
mis regalos
soñados.

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