martes, 29 de junio de 2010

matar



- Si te estorba, acaba con él-. Decían..
basta con apretar el gatillo, disparar y se acabó el problema.

Adelante. - dije.
Disparale a alguien. Carga la jodida cuesta durante el trayecto con el cadáver en tu espalda para arrojarlo al río mas cercano. Vuelve a casa y limpia muy a fondo todas las manchas de sangre que hay regadas a causa del disparo. Las del suelo, las de la silla, las de la mesa, las de la pared, todo. Elimina cualquier rastro que deje en evidencia hasta el más mínimo detalle, que no quede nada que recuerde o rememore la escena.
Por último esconde el arma homicida. Buscate una buena coartada y preparate para el día que tengas que dar la cara, cuando se te echen encima..

Ah! y no te olvides de que vendrán a cobrarte las facturas atrasadas pendientes al llevarte los recuerdos pegados en la suela de tus zapatos al salir del lugar. Al que cada día, cada hora, cada noche tendrás que matar y repetir el mismo procedimiento, sin que nadie te vea, sin que nadie sospeche. Por que entonces ya en poco o nadie podrás confiar. Hasta el día que dejen de rendirte cuentas, pero ese día puede que tarde en llegar mucho tiempo.


- Y tú, has matado alguna vez a alguien?

Pero solo el silencio inundo la sala. Con la certeza de que aquello había dejado de ser una reunión de asesinos, y a la que yo inmediatamente.. ya no pertenecía.

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